Ya hace algún tiempo que colaboro en alguna publicación pero no tenía un blog en uso. Me he decidido y hoy empiezo mi andadura. Mi primer artículo es este, prometo escribir más siempre de temas relacionados con la audición y su cuidado, ya que mi profesión es la de audioprotesista.
El audioprotesista se dedica, a grandes rasgos, a ayudar a las personas sordas a oír mejor. Su trabajo más conocido es el de adaptación de prótesis auditivas (audífonos), pero nuestro trabajo es mucho más complejo que eso. Lo iré explicando poco a poco en distintas publicaciones. Hoy quiero hablar de un tema de gran interés debido al uso tan frecuente que hacemos de estos artilugios, me refiero a los "cascos para escuchar".
Gran parte de la población utiliza cascos para escuchar sus dispositivos móviles, como el mp3, o radios. Pero ahora el uso está mucho más extendido porque todos utilizamos el teléfono móvil, no sólo para comunicarnos con nuestros amigos, sino también para escuchar música. Todos nos hemos encontrado con personas que escuchan música por la calle, en el autobús...
Según un estudio publicado en el Reino Unido el pasado año, por la doctora Martine Hamman, del Departamento de Fisiología
Celular y Farmacología de la Universidad de Leicester , si se usan cascos para
escuchar música, se corre el riesgo de sufrir una pérdida auditiva temporal.
Al usar auriculares, los reproductores de audio individuales
pueden exponer al oyente a niveles de ruido que equivalen a los que generan los
motores de un avión. Se sabe que un nivel de sonido que supera los 110
decibelios causa alteraciones auditivas, como la pérdida auditiva temporal o el
tinnitus (zumbidos en los oídos). Por primera vez, se ha podido observar el
daño que esto produce en las células auditivas.
Todas las células nerviosas están recubiertas de una capa
llamada “mielina”. Las células nerviosas del oído transmiten el sonido al
cerebro quien es quien en realidad “oye”. Si a estas células les falta la
mielina no pueden transmitir dicho impulso nervioso y por lo tanto el sonido no
llega al cerebro produciéndose la incapacidad para oír. El uso de auriculares
en los oídos con un volumen muy alto hace que esta mielina desaparezca y el
individuo no pueda oír.
El nivel de sonido que produce este problema es de 110 dB o
más, que suele producirse con frecuencia en los equipos de música que en la
actualidad utilizan los jóvenes a diario. Por este motivo se recomienda que el
volumen no sea excesivamente alto y que los cascos no se usen durante
demasiadas horas.
El problema suele ser temporal, pasados unos tres meses la
mielina de las células nerviosas del oído se regenera y el individuo
vuelve oír con normalidad.
A pesar de todo es recomendable utilizar este tipo de
tecnología con moderación y no someter a los oídos a excesivo ruido ya que a la
larga no se sabe muy bien cual pueda ser el resultado de todas estas
contrariedades.
Recordar que existen unas recomendaciones sencillas para no tener problemas: no utilizar muchas horas seguidas dichos cascos y no elevar mucho el volumen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario